22 febrero, 2006

Tìtulos que ausentan

Valentina tan sola como siempre, tan llena de ansias de vida y de mundo, que el planeta se le cierra ante los ojos.
Valentina se esconde en una esquina de la habitación y decide no salir del remolino, ausentarse de la usencia inevutable de la calle y seguir simplemente existiendo a través de las letras, de las letras que sangra en un papel o de los latidos del teclado...
Valentina se asfixia en el estrecho espacio que queda entre los armarios donde habitan aquellos textos que le nervan el alma y le crespan la piel... Lo que sucede, lo que nutre, lo que ahoga...Lo que se queda en un verso que nace cuando no debe.
La Valentina que me habita se arma hoy con la única defensa que conoce ante el mundo que la aliena... Las letras.
Y por eso sale de su trinchera y decide propagarse por medio de la más burda experiencia...Internet.
Si leen o no sus nervios, le da igual, escribe para ella y por ella... simplemente para seguir existiendo en el absurdo etereo de una madrugada más que no llegó el sueño.
Por eso está hoy aquí, talvez solamente por hoy.

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