En primera persona

Hoy decidí hablar de mi misma, en primera persona, decidí decir lo que ese ser que tengo dentro siente, lo que grita, lo que sangra... Decidí dejar hablar a esa mujer-humo-arena-estrella que llevo por dentro, a la Valentina que niego y que asumo como a alguien más, sin querer aceptar que mi arte vive a través de sus ojos, que mi sombra sólo existe en ella...
Hoy soy simplemente Valentina, la de siempre, la que crece cada día y cuyos recuerdos producen insomnio.
De noche y sola en una vieja casa de madera que alberga sueños y murmullos del pasado, mi sombra extraña...
Extraña las manos de quien una vez me pintara el alma en Manzanillo...
Los versos de quien me enseñó a tomar un lápiz y existir en medio del muy ruidoso San José...
Los tambores de las fogatas que encienden los planos de Acosta...
La lluvia y los ritmos extraños que canta la arena en Samara...
Extraño el pasado que se me esconde en los rincones del pecho y que llora a escondidas para evitar el regaño de la muy dura e insensible coraza que me permite salir cada día ante el mundo sin mostrar el dolor que me habita... o me habitaba...
Extraño ser la Valentina dura y militantemente severa consigo misma, la Valentina que fui ayer...
Hoy soy simplemente Valen... Hoy soy agua que se riega en el techo de lona, soy arena que se escurre entre los dedos, soy humo que se lleva el viento de la sabana, soy simplemente poesía y sentimiento...
Me escondo de las sonrisas que me acosan desde las esquinas del recuerdo y de los lazos que me atrapan, me aterra el sonido de la noche y el fuego me produce dolor...
Si... Tengo miedo, miedo de decir que te quise y que me quisiste... que ya no me querés y que ya no te quiero... tengo miedo de reconocer que el humo se agota y que la noche se me asfixia en la piel.... miedo a ser y a sentir... el miedo maldito de la historia de Irene...
Sí... Te fuiste y me alegra... pero temo haberme ido con vos...