09 junio, 2006

La mayoría de edad...

Valentina crece por dentro y muta, reconoce la historia, la ausencia y los sueños, llora las musas y la sangre. Condena los recuerdos a la cárcel infinita de sus lágrimas y se libera.
El dolor está vivo y corre por su cuerpo. Valentina entonces, se deja vibrar y sentir, al sufrir sueña por sí mismo y al final de la escandalosa avenida de caricias y ritmos escondidos en la arena, se encuentra con una lágrima de sangre esperanzadora, que le turba el alma y la vuelve a la vida del verbo.
Valentina se transforma. Agradece a la vida los terremotos de ese desierto, ahora tan transitado. Su alma se niega a sí misma y se reconoce en una ilusión que la trasciende. Mira al frente y decide perseguir ese sueño que se esconde detrás del Sol.
Sabe que el camino es largo, que los bosques asfixian e inundan los rincones del recuerdo, sabe que el rojo calor de sangre inundará los trillos y alimentará los ríos, pero su signo y su bandera se pliegan ante el sonido de la tribu que la espera, junto a la lágrima del mundo que ahora parece estar vivo y reconoce la señal que tanto ha esperado, del otro lado de la muerte.
Así escribe su final y cruza la línea del temor dejando una estela de arte, dolor y esperanza.
Valentina no cree, no espera, no confía; sólo sabe que su muerte y su perpetuación son una misma cosa... y se eterniza en las letras que se imprimen en la superficie del astro que la absorbe.

5 comentarios:

CafeConCigarro dijo...

Alguien dijo ...entonces no te quedes conmigo.
Puede que esta frase en algún momento llegue a consolar a alguien, o al menos eso espero. Quiero no estar errando al tener la esperanza de que alguien pueda devolverle fuerza a Valentina.
Y viceversa
No me creo Dios, pero quisiera creerme ese alguien, no por maldad, sino por Valentina, y aun no me creo tal.

LAbarta dijo...

Yo quisiera simplemente acompañarla en ese viaje, desde lejos pero siempre cerca.

Ahora no puedo, hay otra mano tendida, igual le deseo suerte, mucha suerte.

Valen dijo...

Valentina no se crea, ni se destruye... Sólo se transforma!
Desde Victoria hasta mis manos, un saludo lleno de esperanza a quien decidió crecer!
Adelante compañera!

LAbarta dijo...

sapa y entrometida. En verda me molesta la gente que revisa las cosas personales de los demás y además no se pueden callar lo q encuentran.

Zauberlehrling dijo...

El cambio es dialéctico: Somos y no somos a la vez. Saludos.