26 abril, 2007

Diego

Te aparecés donde menos lo espero y exactamente en los puntos menos convenientes.
En mis ventanas, mis escenarios, mis bambalinas, mi vestuario, mis espejos y hasta te encuentro cuando trato de atar mis zapatillas de punta.
Dejaste miles de fragmentos tuyos alrededor de mi arte, mi vida y te llevaste conmigo parte del él.
¿Sabés hace cuánto no usaba mis palabras o mi cuerpo para expresarme?
Creo que el temor me fue invadiendo de a poquitos y tuve terror de ser quien había sido con vos... madrugada, letras, lienzo, ritmo, fuego.
Tuve miedo de que mis pasos no dejaran huellas en otras vidas, pero que mis nuevos pasos fueran simplemente la manifestación enrarecida de todos los trazos que me han dibujado, y aún pienso que en algún punto, eso soy... Y lo que es peor, entiendo que talvez cuando bailé a tu lado, le faltó fuerza a mis pasos para hacer temblar las tablas.
Hoy lo único que quisiera es poder conservar las horas de sonrisas, los abrazos, las mentiras y los sonidos, el humo de tus cigarros, el olor de tus maderas y el ritmo de tus manos.
Pero no me dejás, me mirás a la distancia y se anula mi existencia en tus pestañas.
Me borraste y no sé si deba seguir conservando tu recuerdo cuando ni siquiera dejé una marca de henna en tu piel. NO traté de ser permanente, con vos sólo quise ser henna...
Quisiera encontrar la manera de sentarme a tu lado, sin que tus nuevos lentes te empañen los sentidos y preguntarle a Yemanya qué pasa, entender mejor nuestro pasado para poder descifrar las marcas que inevitablemente cargaré en el futuro.
Me ilusiona creer que algún día mis palabras volverán a conmoverte... al menos para aceptar que un día fuimos nosotros solos sobre un escenario maravilloso, cargado de arena y ritmo.
¡Quisiera - al menos - que admitieras que fuiste feliz!
Sólo quiero conservar, con tus miradas cómplices, esos momentos...
Míos, tuyos, NUESTROS...
Esos momentos felices para los dos.

2 comentarios:

Dani dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LAbarta dijo...

Algunas teen señan y te hacen crecer, otra egoístas -insesatas quizá- solo roban y saquean hasta que se aburren y van a buscar otro barco, como piratas. Unas solo son.
Otros, que somos nosotros, no paramos de dar y descargar. Regalar y obsequiar. Porque la única manera de saber quienes somos es descubriendolo a traves de los ojos de ellas, no del espejo mentiroso y embustero.